Este tiene más líos que el testamento de una loca. Suelta un batiburrillo de tonterías para intentar restar importancia al escándalo de la Hacienda española, que ha atribuido a la infanta Cristina Borbón la propiedad de hasta trece inmuebles y fincas, debido al parecer a una cadena de errores burocráticos sucesivos. Él, tan contento de sí mismo, como si no hubiera pasado nada, no asume responsabilidad de ningún tipo y ni tan siquiera se le ha pasado por la cabeza presentar la dimisión, con lo bien que se vive de ministro, aunque se sea un soberano inútil.
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